Tamayo recuerdos de una familia

LUIS JIMÉNEZ-TAMAYO Y MARTÍN

Biografía

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Luis Jiménez-Tuset y Martín, nació en la Villa de Osuna Provincia de Sevilla un día frío y lluvioso  del mes de Enero de 1956, con más exactitud, el día 14 a las 8 de la mañana, prematuro y mellizo de otro varón que aunque vió la luz de la vida no tuvo la oportunidad de disfrutarla por su prematuro fallecimiento debido a la tardanza del parto. Fui bautizado en la Ilustre iglesia Colegial Parroquial mayor de Ntra. Sra. de la Asunción de Osuna siendo mis Padrinos D. Antonio de la Puerta Tamayo y Doña María de la Puerta Tamayo. Abuelos paternos de la villa de Osuna D. José Jiménez Rangel y Doña Angustias Tuset Tamayo Maternos D. Antonio Martín Ortega del Rubio Doña Carmen Humanes Escaleras de Marchena. Mi vida de pequeño transcurrió en mi querido pueblo de Osuna desde muy pequeño en el colegio de Santa Angela colegio fundado en Osuna por Tia Angela Tamayo Ramirez y su amiga Madre Carmen del Niño Jesús González Ramos en el año de 1890. Posteriormente en el Colegio de la Sagrada familia hasta el ingreso en el Instituto de enseñanza media Rodríguez Marín donde empezaron mis penalidades debido a lo buen estudiante que era en esas fechas, de lo que mi madre inmediatamente tomo soluciones llevándome a diferentes Colegios internos Salecianos en Alcalá de Guadaira Carmelitas en Antequera y San José de Campillos, de todos guardo muy buenos recuerdos y grandes amigos de los que recuerdo y sigo en contactoy me enorgullezco de tener un gran patrimonio.

En cuanto a la vida profesional y empresarial, ejercí responsabilidades en los sectores de automoción, Maquinaria Agrícola, y empresas agro alimentarias, Construcción de edificios en Andalucía. Y en cuanto a las obras Publicas y Civiles pase el Charco, desarrollando la actividad en la Re publica del Perú, adquiriendo una gran experiencia tanto profesional como humana, y sobre todo grandes amigos que conservo desde la distancia.y viéndonos a menudo

Pero el broche de Oro y la plenitud fue el Haber conocido y unido en Santo Matrimonio con Doña Marta Bernat Caballero, mi mujer Sra, Esposa, Madre de cuatro regalos dela Virgen de los Dolores , nuestros cuatro hijos Luis, Marta, Ana, y Jaime Jimenez Tuset.

Semblanzas al autor

Hola Luis:

Yo soy mucho de tirar del refranero Español más el iva que yo le ponga y LUIS es; GENIO FIGURA, CORAZÓN hasta la SEPULTURA. GENIO: En su doble sentido pues es Genial, cordial, hospitalario cariñoso pero a la vez Gruñón agrio capaz de aburrir ,un torrente de voz desagradable pero… CORAZÓN: Es de los que es capaz de robar el banco de España para dárselo a otro METAFÓRICAMENTE hablando. Quien lo haya tratado un poco más de la cuenta lo sabe y por eso se le QUIERE y cuando arranca por soleares hay que coger camino y dejarlo sólo. No se puede hablar de este GENIO sin hablar de SANTA MARTA su adorable mujer que con que elegancia sabiduría educación temple etc, etc le lleva día a día en esa arista de AGRIO Y JOIO que tiene. Sus hijos pues yo sólo tengo admiración amor y cariño hacia ellos siempre he conectado con ellos y creo que ellos conmigo también son como míos. En fin Luis sabes que te queremos y que debes de cuidarte en este viaje de la vida pues hemos pasado muchos kilómetros y nos van quedando menos. Besos a todos.

Carlos Otalaurruchi Barbadillo

Hay días en la vida que repentinamente te abren nuevas rutas del destino.

El martes 15 de octubre del 2014 fue marcadamente uno de ellos para mÍ. Por invitación del Embajador de Francia y el agregado cultural de la misma nación en el Perú, me toco dictar una conferencia sobre mis investigaciones privadas sobre la culinaria en tiempos prehispÁnicos. De la alimentación había mucha información, de la culinaria no. Obviamente tuve que exponer también sobre la primera fusión culinaria entre ambos grupos culturales a su encuentro. 

A lo lejos, nunca dejo de destacar los aplausos y el entusiasmo de un miembro de la concurrencia a quien jamas antes había conocido. Al concluir la conferencia, yo tenia invitado a un pequeño y selecto grupo de amistades para que concurra en mi departamento para un brindis. Como regla estricta, jamas convido a un extraño a casa. 

Pero este hombre que hizo una larga cola para darme un apretón de manos, felicitarme y abrazarme; me aparto de todas las reglas y lo invité a unirse a mi grupo. Me dijo que no, que estaba ya invitado a otro evento volteando el rostro hacia sus anfitrionas, que a su vez estaban prestas a dirigirse a mi morada. Le sonreí y le comunique que terminaría en mi departamento. 

La magia en la amistad existe. Prueba de ello es la amistad plena de amor que.nació esa noche y estoy seguro que ahora tengo una maravillosa familia.que me.espera en Sevilla. 

Pocos saben que en Lima, Dios me.regalo uno de los paisajes más bellos. Mi departamento es de tres pisos, mar, ciudad u campo de golf a la vista y mi afición por las orquídeas que colman mi terraza, me obsequia flores en abundancia. Para mis adoradas Martas , las que enamoramos a primera vista y mi hermano Luis, Fue una noche de sorpresas y al final se quedaron hasta que termino la fiesta . Esa amistad nacida de un aplauso. Jamás extinguirá los maravillosos instantes compartidos. 

Naguib Chiurliza

A mi amigo Luis Jiménez-Tusset, quien admiro más como investigador de Historia (Tamayo recuerdos de una familia) que como interlocutor de temas secundarios. Abrazos.

Antonio García Govantes

El primo Luis

La madrugada del 8 de diciembre de 1940 hacía mucho frío en Madrid. Amaneció con una gran helada. A las 6 de la mañana moría mi abuelo, Manuel Tuset Tamayo. No llegó a tiempo la penicilina para la pulmonía que se le alojaba en su pecho. Madrid gris, frío, la ciudad en donde conoció a mi abuela, en donde se había casado. Llegó a ella desde su Sevilla para hacer un curso de estado Mayor. Mi abuela, madrileña de pro, le dijo que se abrigara, que en la capital el frío caía de canto y no perdonaba. No le hizo caso. Dejaba viuda y dos huérfanos. Mi madre, la pequeña acababa de cumplir 10 años. Mi abuela entonces decidió volver a su tierra, a Madrid. La guerra había terminado y su marido ya no la acompañaba, sólo un luto que nunca la abandonaría. 

Madrid ha sido la gran frontera entre la familia de mi abuelo y nosotros. De Despeñaperros para abajo la vida es de otra manera, se habla de otra manera, se siente, se come, se ama, se baila y se sueña de otra manera. Mientras, las décadas iban pasando entre nosotros y la distancia ya enorme, crecía, y el olvido tejía sin querer su ya inmensa tela. 

Una tarde cualquiera del siglo XXI, preparando unas clases para la universidad y ante el ordenador, la cabeza buscó un respiro y me llevó sin pedir permiso a buscar mis apellidos, los de mi abuelo, el Tuset, el Tamayo y allí, sí, allí estaba Luís, mi primo con mayúsculas. 

No nos conocíamos de nada. Su abuela, mi tía Angustias, era hermana de mi abuelo. Luis vivía en Sevilla pero venía mucho a Madrid, pues aquí tenía una hija estudiando. Llamé a mi madre para que me dijera qué sabía de él, de la familia de su padre. La gran Carmen Tuset, la más mayor de todos era consultada. La verdad que sabía poco, pero me contó historias que nunca supe hasta entonces. Sólo nos mantenía unidos a Sevilla y a Osuna el título de Marqués de la Gomera, que había tenido mi tío Manolo, el hermano de mi madre y que tras su muerte llevaba ya mi primo. 

Mi primo Luis y yo empezamos a hablar y hablar. Fue cuando me contó que estaba haciendo el libro sobre los Tamayo y yo le propuse ayudar. Poco tiempo tenía, pero algo podría hacer. Poco a poco empezamos. Al contarme y leer contenidos se me habría el alma a nuevos mundos. No sé cómo explicarlo, pero era como si de repente una familia enorme que no conocía de nada entrara a mi vida de golpe, me acunara con cariño y me anudara en sus recuerdos, me mirara con unos ojos tan parecidos a los míos y me dijera desde lejos, pero desde tan cerca: eres de los nuestros, sí, tu eres una Tamayo. 

La primera vez que vi a Luis, tras meses de charlotear por teléfono y vía email me quedé sencillamente de piedra. No podía no ser un Tuset, no podía, era pequeño, pero grande muy grande. Me abrazó fuerte y al mirarle de frente vi sencillamente el cielo, sí, reflejado en sus ojos también azul cielo. Pequeños, enjutos, ojos muy Tuset y muy azules, limpios, abiertos, sinceros. Entendí entonces el porqué dicen que los ángeles tienen los ojos azules. También entendía al mirarle porqué su abuela le encargó a él indagar, buscar, escribir y dar a conocer la historia de los Tamayo, reunirnos. Luis, tenías que ser tú. Sólo tú. 

Querido primo Luis, desde que te conocí no nos hemos separado y mira que la vida, siempre muy canina, nos ha puesto a prueba para separarnos de nuevo. A ti, con grandes viajes a América, a mí con un cáncer. Pero no, esta vez no, nunca. 

Dicen primo , que cuando la sangre se encuentra, no hay guerra que mate, ni dolor que duela, querido primo Luis, mi primo, mi primo del alma.

Carmen Thous Tuset

 

A Luis

Dicen que nadie es del lugar donde nació, sino del sitio donde estudió el bachillerato. Puede que los amigos estén marcados con ese mismo signo, que es el que se forja en los años de compartir pupitre. En aquel antiguo edificio universitario de Osuna, reconvertido en Instituto de Segunda Enseñanza, conocí a Luis. Allí sufrimos y disfrutamos de esa especial convivencia estudiantil que imprime carácter.
Han pasado algunos, tal vez muchos años y el gusto por la Historia ha servido para reencontrarnos, reverdeciendo esas sensaciones que crecieron en el severo espacio renacentista de la antigua Universidad de Osuna.

Francisco Ledesma Gámez. Historiador, archivero y bibliotecario y sobre todo, amigo mío.

A mi querido amigo Luis

De pequeña estatura pero de gran corazón, vasta cultura y mucha pasión. Todos tenemos amigos y, a muchos se les denomina por su lugar de origen; Luis es mi amigo de Osuna, ciudad ducal !que menos para tan ilustre ursaonense! Nuestra común afición a la historia nos ha unido más aún con el paso del tiempo y nuestras periódicas charlas suelen ser muy fructíferas pues es gran conocedor de nuestro común pasado; cómo se lo complicado y laborioso q es escribir un libro como el que escribiste, no tengo mas q descubrirme ante tu constancia y tesón, armas indispensables para empezar y no digamos terminar tan estupendo trabajo. Como se que poca gente lo valora, no puedo más que repetirte lo que en su día ya te dije: Enhorabuena Luis, eres un fenómeno Abrazo de tu amigo de Portugal.

Francisco Núñez Benjumea

Unas líneas  para Luis. Lo conocí  en Lima , mi tierra perulera, hace  varios  años. Luego  vicisitudes y frecuentes  viajes a España afirmaron una amistad inicialmente  impensada y hoy tan cercana. La verdad  no fue difícil cultivarla dada  su bonhomía  y franqueza demostrada  tantas veces.  Además  de ser noble por linaje, tiene la nobleza del espíritu. Saludos  amigo y a tu bella familia.

AlejandroTudela Chopitea. Exministro de Justicia de Perú

Luis  desde que nos conocimos me di cuenta que eres una persona luchadora, con grandes valores e ideales.  Ah, y nunca pierdas la alegría y la chispa de la vida que te caracteriza!

Rocío Quesada de Tudela

Un caballero  andaluz en toda la extensión de la palabra   y Olé!

Eugenia Valderrama  Hoyle

He tenido el honor y el placer de conocer a dos miembros de la familia Tamayo, a Augusto Tamayo, cineasta muy exitoso que grabó algunas de las escenas de su famosa película Santa Rosa de Lima en mi casa familiar, la Casa de Aliaga.

Y… el entrañable Luis, autor de esta impresionante obra, fruto de su perseverancia y empreño, cualidades que he podido ver y admirar en una serie de oportunidades. Nos conocimos acá en Perú, mi patria, durante durante su estancia y la amistad y respeto han seguido a lo largo de los años después de su partida.

Felicitaciones Luis, mi querido marqués. Un fuerte abrazo.

Gonzalo de Aliaga Ascenzo. Conde de San Juan de Lurigancho.

Esa voz que se alza.

En su libro, “Tamayo, recuerdos de una familia”, mi querido Don Luis (me permitirán que lo llame así para diferenciarlo de mi querido amigo y su hijo Luis Jiménez-Tuset Bernat) nos traslada, en un libro genealógico, a una novela viva que recorre los recuerdos y valores de una familia, la unión, la solidaridad, la admiración y respeto por sus mayores y su historia.

Don Luis, como si en una obra teatral se tratara, traspasa la cuarta pared brindandos a conocer la vida de los personajes de su familia a través de seiscientos años de historia.
 

Una obra útil y bien documentada que refleja el cariño y el trabajo de su cronista, así como el amor que profesa por la historia, la genealogía, Osuna pueblo que lo vio nacer y a la familia Tamayo de la cual es orgulloso miembro.

Este amor por la genealogía y la historia que Don Luis defiende y representa es pieza fundamental para entender nuestro futuro, el cual nunca podrá ser posible olvidando nuestro pasado, como así bien decía Don Vicente de Cárdenas y Vicent, Director y Cronista Rey de Armas de la revista Hidalguía en su numero 82, de Mayo-Junio de 1967 en su editorial y que me permitirán reproducirles:

“Es curiosos que nuestra civilización basada fundamentalmente sobre la familia, nadie se preocupe en aficionar a ella a sus diferentes vástagos y el conocimiento familiar no alcance, en la mayoría de los casos como máximo, a cinco generaciones dos ascendentes y dos descendentes. Mientras que los sectores humanos se ponen de acuerdo para limitar la familia, para reducirla, para acomodarla a las necesidades materiales del individuo, olvidando dos mil años de civilización, ni una sola voz se alza en la defensa de los valores espirituales de la familia y mientras mas voces, menos autorizadas se emplean en la defensa de su representación en determinadas instituciones, todas olvidan a sus mayores y de ellos ignoran hasta el nombre y cualquier circunstancia vinculada  a los mismos”.

Don Luis y su son esa voz que se alza.
 
Ignacio Rodríguez Rull

Semblanza de Luis Jiménez-Tuset Martín

No podía dejar pasar la ocasión de unir mi sentimiento a este fabuloso libro, escrito con tanto esmero y suma delicadeza.

         A mi buen amigo Luis, lo conozco antes de que él me conociera a mí. Mis recuerdos se remontan al año 2005, siendo yo cliente del club hípico “ Las Minas Golf ”, del que él también era cliente y donde Luis tenía fabulosos caballos. Ya, por aquel entonces, me di cuenta de que se referían a él como el señor Marqués: curioso personaje, pensé yo para mis adentros. Pero no hubo ocasión de intimar con él.

         Más adelante, la vida nos volvió a cruzar y, su yegua y mi caballo, fueron vecinos de corraleta en el club hípico “Entrepinares”. Pero tampoco quiso Dios que nos conociéramos en profundidad.

Pasaron los años y en el 2010 vine a vivir donde él vive, en la Urbanización las “Minas Golf”, pero tampoco fue en ese momento cuando le conocí.

No fue hasta bien entrado el año 2019, concretamente en el mes de marzo, cuando empiezo a disfrutar de su persona. La relación comienza al trabar amistad con su esposa, Marta, y con su primogénito Luis, con motivo de compartir lista del PP a la alcaldía del municipio de Aznalcázar. A partir de ese momento empiezo a frecuentar su casa, a conocer al resto de sus hijos, Marta, Ana y Jaime, a sus perros Virkin, Jack, Nicolás, a su gato Flamenquín, que come tanto que, pronto será un flamenquín relleno.

         Igualmente, empiezo a asesorarle o, más bien a ayudarle, (porque Luis sabe de todo) en algunos asuntos jurídicos para los que me requiere personalmente.

         Con Luis hay que tener la paciencia del santo Job, sobre todo si le llevas la contraria, porque él siempre lleva la razón. Y yo, como

buen tauro que soy, también me gusta llevarla. Pero tras ese choque de trenes, a veces provocado porque me gusta oírle, ponerle al límite y ver como suelta por esa boquita disparates y “piropos”, hay un corazón de oro. Tras ese mal pronto, un tanto desagradable, se esconde una sonrisa y una bondad que pocos tienen. Pasado ese momento de “demonio de Tasmania de la Warner Bros” o niña del exorcista, y finalizado ese bucle en el que Luis entra, se aviene a razones, se le dibuja una sonrisa en la cara, y te dice: “Te quiero mucho Manuelillo”, como al parecer se dice en otros lares.

         Luis se preocupa de verdad por sus amigos y sufre mucho por ellos cuando ve que no hacen las cosas bien. Se ofrece para todo en lo que pueda ayudar. Y, es curioso, porque le gusta mandar y mucho, pero también se siente bien ayudando. Y además, es lo suficientemente humilde para pedirte ayuda en aquellas cosas a las que por sí sólo no pueda llegar, por motivos de cualificación profesional, por ejemplo.

         A mí me ha demostrado que es una  bellísima persona y nunca podré olvidar el relato que expongo a continuación, porque me hizo un gran favor a finales del mes de octubre de 2019. No hacía aún un año del fallecimiento de mi esposa, Rocío y debía acudir a una reunión con la familia política, donde presumiblemente, no todo lo que se diría iba a ser agradable de oír. Nada más enterarse Luis del trance que me esperaba, se ofreció o más bien, me obligó, a ir a dicha cita acompañado por él, porque no quería que yo acudiese solo. Ir acompañado por Luis a un “duelo” de ese tipo, es como fichar en bloque a la selección italiana de fútbol, “la Squadra Azzurra”.

         Desde entonces le estoy muy agradecido, me llama frecuentemente, me invita a su casa, me ayuda con mis perros, etc. Soporta mis desaires y mis coces, porque yo, desde aquel hecho luctuoso que me tocó vivir, no soy el mismo. Y, para aguantarme a mí en mis actuales circunstancias, hay que quererme mucho.  

         A pesar de la enorme diferencia de edad y de otras circunstancias que nos separan, somos muy buenos amigos.

         La vida, me ha enseñado a no juzgar por las apariencias y a llevarte sorpresas, en este caso gratas, de quien menos puedes esperar. Aunque por otra parte, ahora que lo pienso, aquí sí debía habérmelo esperado. Pues este libro trata de la familia Tamayo, y si algo tienen los miembros de una familia, son rasgos en común. Y  ya, el 25 de diciembre de 2018, en una fecha tan familiar y tan delicada como esa, recibí un detalle precioso de Bernardo, el primo de Luis, y de su hijo Bernardito, a la sazón sobrino de Luis (por aquel entonces, yo no había intimado con Luis), quienes abandonaron su reunión familiar en Osuna para venir hasta Sevilla a acompañarme en los difíciles momentos que pasé junto a mí esposa en la  UCI del hospital Virgen del Rocío. Por tanto, de casta le viene al galgo.

         Así que, amigo Luis, sólo me queda darte un fuerte abrazo, que en cuanto pase el riesgo de contagio por COVID´19 te daré personalmente, y desear que Dios nos dé una larga vida para disfrutar de buenos momentos juntos, a la espera de que yo me encuentre más recuperado para gozar de tu amistad.

Manuel Moyano Prieto.

Semblanza de Alexandra, Princesa de Prusia

Querido Luis, hoy recordándote mucho por ser el día de la Virgen del Carmen, quería contarte, que llevo puesto el Escapulario que me regalaste y he escuchado la misa especialmente para pedirle por todas las almas de mi familia y amigos para que la Virgen se los lleve con ella al cielo, y así como hoy día es un día especial te mando, uña palabras para tu libro.

Conocí a Luis en Lima, en casa de Rosita, Condesa Potocka y comenzamos una amistad, como digo yo, para siempre contigo  y tu familia, quiero felicitarte por tan importante investigación de la Familia Tamayo, demuestras tu trabajo, dedicación y pasión, un maravilloso trabajo, misión cumplida!

Un fuerte abrazo,

Alexandra Princesa de Prusia